Veinte globicephalas, cetáceos conocidos popularmente como ballenas
piloto, vararon en una playa de la Isla Sur de Nueva Zelanda. Tras las
varias horas de esfuerzos por rescatarlas, siete murieron y 18 lograron
ser salvadas por voluntarios.
El varamiento masivo de estos mamíferos gigantes ocurrió el sábado por
la mañana en Farewell Spit, localidad situada al noroeste de la isla.
Según funcionarios ambientales de Nueva Zelanda, los cetáceos rescatados
fueron guiados fuera de la costa durante la marea alta.
Múltiples voluntarios en botes trataron de guiar a las ballenas hacia
mar abierto, mientras que varias personas entraron al agua para animar a
los animales a que se alejaran de la playa.
"Estaban bastante letárgicas al comienzo", informó John Mason, director
local del Departamento de Conservación, quien confesó que por un
momento se temió que volvieran a encallar. "Al final, comenzaron a nadar
fuera de peligro", subrayó.
Durante el verano los encallamientos de cetáceos son usuales en las
costas de Nueva Zelanda. Así, desde 1840 los registros señalan más de
5.000 hechos de este tipo, que pueden involucrar hasta a 450 mamíferos
marinos. Así, en
septiembre de 2010 un grupo de 74 ballenas piloto quedó encallado en
una playa del extremo más septentrional de la Isla Norte del país.
Hasta ahora, se desconocen los motivos que llevan a los mamíferos a
'salir' a tierra firme. Dos de las versiones más generales son que los
animales se ven atraídos por los sónares de los grandes buques, o que
siguen a un líder de grupo desorientado a causa de alguna enfermedad.
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