Un grupo internacional de científicos presentó hoy una propuesta para
reducir las emisiones de metano y de carbono negro, además de las de
dióxido de carbono, y combatir más rápido el calentamiento global, según
publica la revista científica Science.
La propuesta firmada por más de una docena de científicos que incluye
expertos del Instituto Goddard de Estudios del Espaciales de la NASA,
de la Agencia de Protección Medioambiental de EEUU (EPA) y de diversas
universidades aparece publicada en el número de esta semana de la
revista.
El equipo señala, además, que su plan podría prevenir millones de
muertes anuales causadas por la contaminación del aire y contribuiría a
mejorar la productividad de algunos cultivos, que traería beneficios
económicos muy superiores a los costes de poner en práctica las medidas
para controlar la contaminación.
Hasta ahora, los esfuerzos de la comunidad internacional se han
centrado en reducir los niveles atmosféricos de dióxido de carbono
generado por el hombre.
El principal problema es que el dióxido de carbono tarda décadas en
abandonar la atmósfera, generando así una capa que captura el calor y
provoca que aumente la temperatura del planeta.
Por eso, el equipo dirigido por Drew Shindell, climatólogo en el
Instituto de Estudios Espaciales del Centro Goddard de la NASA y experto
en ozono, buscando resultados a más corto plazo, se enfocaron en otros
elementos que contribuyen a la contaminación del aire como el metano y
el carbono negro.
El metano, uno de los componentes del gas natural, es un hidrocarburo
gaseoso producido por la descomposición de sustancias orgánicas y que
combinado con el monóxido de carbono generan ozono troposférico, tóxico
para la salud humana.
Por su parte, el carbono negro es el material producido por la
combustión incompleta de los productos derivados del petróleo, una
especie de hollín, pero ambos tienen una característica común y es que
salen de la atmósfera mucho más rápido que lo que lo hace el dióxido de
carbono.
Los autores hicieron un análisis previo con aproximadamente 2.000
medidas de control de la contaminación y utilizaron un modelo
informático para seleccionar las más efectivas, tanto para mitigar el
calentamiento como para mejorar la calidad del aire.
Finalmente hicieron una selección entre las que mayores beneficios
proporcionan y descubrieron que la mitad estaban relacionadas con
emisiones de metano y la otra mitad con el carbono negro.
Según sus resultados, introducir acciones sencillas como el uso de
filtros en los vehículos, prohibir la quema de deshechos agrícolas o
mejorar la tecnología de los hornillos para cocinar podría reducir el
promedio global de calentamiento unos 0,5 grados centígrados para el
2050.
Esta estrategia también evitaría entre 0,7 a 4,7 millones de muertes
prematuras anualmente por contaminación del aire exterior y aumentaría
la producción anual de cosechas en un rango de 30 a 135 millones de
toneladas debido a las reducciones que se alcanzarían en 2030.
El poner en marcha estas medidas sumado a las de reducción del
dióxido de carbono creen que limitaría el promedio de calentamiento
global a menos de 2 grados centígrados durante los próximos 60 años,
algo que ninguna serie de reducciones de emisiones logra por sí misma,
aseguran los autores.
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