Tres alumnos
de la Universidad de Valladolid, Pablo Cabeza, Cristina Jiménez y Joao
Paulo Silva, han desarrollado un prototipo de reactor que posibilita el
tratamiento de residuos mediante un proceso inocuo para el medio
ambiente, denominado Oxidación en Agua Supercrítica. Además de este
importante procedimiento, el reactor es capaz de generar llamas
hidrotermales, cuyo alto poder calorífico puede ser aprovechado
energéticamente. El grupo de alumnos ha estado dirigido por María José
Cocero, coordinadora del GIR de Procesos de Alta Presión de la
Universidad de Valladolid, así como por una de las investigadoras
principales del grupo, Dolores Bermejo.
ECOticias.
Por su carácter novedoso, el aparato y el procedimiento para la
generación de llamas hidrotermales se encuentra en proceso de patente,
lo que ha podido llevarse a cabo a través del Programa Piloto de
Protección de Resultados de Proyectos de Alumnos (Prometeo) de la
Fundación General de la Universidad de Valladolid, en el marco del
proyecto T-CUE (Transferencia de Conocimiento Universidad-Empresa) de la
Junta de Castilla y León.
Como explica uno de los estudiantes que ha participado en el
proyecto, Pablo Cabeza, el Grupo de Procesos de Alta Presión trabaja
desde hace más de 15 años en este tipo de reactores. “Fue la primera
línea del Grupo”, recuerda el joven científico, quien apunta que el
prototipo desarrollado recientemente es una versión mejorada de la
primera generación de reactores diseñados por el equipo de María José
Cocero.
“Cuando entré en el grupo se dio la posibilidad de diseñar un reactor
nuevo, para lo que estudiamos cuáles eran las cosas buenas y las malas
de los que se habían hecho hasta el momento. La idea fue combinar todas
las características anteriores y probarlas en un nuevo reactor”, detalla
Pablo Cabeza, quien se encargó de la parte de diseño. Posteriormente,
realizaron una simulación por ordenador y observaron que el reactor
ideado podría funcionar mejor que los anteriores. Tras unos seis meses
de diseño y pruebas, el grupo logró financiación para construir el
prototipo gracias a la colaboración de la empresa Cetransa.
Funcionamiento del equipo
En cuanto al funcionamiento, el reactor es capaz de someter al agua a
condiciones especiales de temperatura y presión. Cuando alcanza los 374
grados de temperatura y las 220 atmósferas de presión, el denominado
punto “supercrítico”, el agua se convierte en un efectivo disolvente y
es miscible con la materia orgánica y con los gases, incluidos el
oxígeno y el dióxido de carbono, una propiedad puede ser aprovechada
para el tratamiento de residuos.
Así, se introduce en el reactor agua, aire y el residuo, como fangos o
compuestos nitrogenados. Como indica el investigador, “es como montar
una hoguera dentro de una olla a presión”, ya que al llegar a las
condiciones “supercríticas” se producen llamas. Cuando el proceso llega a
su fin, el residuo se ha eliminado y tan solo queda agua y CO2 en unas
concentraciones equivalentes a las del agua potable.
Respecto a las llamas hidrotermales que se generan a lo largo del
proceso, cuentan con un gran poder calorífico (cercano a los 700
grados). Por ello, uno de los aspectos más novedosos del proyecto
llevado a cabo es el posible aprovechamiento de esta energía para, por
ejemplo, autoabastecer a la planta de tratamiento. “Ahora tratamos no
solo de eliminar el residuo, sino de aprovechar el calor que se genera
en la reacción para un estudio de aprovechamiento energético”, añade
Cabeza, quien insiste en la importancia de esta energía “limpia”.
El joven científico recuerda que aún queda mucho trabajo por hacer,
ya que una vez concluido el montaje del reactor hay que realizar pruebas
para determinar las aplicaciones que puede tener. En este sentido, uno
de los valores añadidos del nuevo dispositivo es la posibilidad de
efectuar varias configuraciones. “Nos permite hacer cambios, lo que es
como tener varios reactores en uno mismo. Podemos modificar las entradas
y las salidas y realizar pruebas, y a partir de ahí hacer otra
configuración para ver si el resultado es mejor o peor”, concluye.
No hay comentarios:
Publicar un comentario