martes, 17 de enero de 2012

El cambio climático mejora el éxito reproductivo del albatros viajero

La velocidad del viento que provoca el cambio climático ha permitido que el albatros viajero reduzca el tiempo de vuelo entre las zonas donde se alimenta y las colonias donde cría, lo que ha mejorado el éxito reproductivo de esta especie, y favorecido que alcance una mayor masa corporal. Sin embargo, los modelos climáticos futuros prevén más cambios que pueden perjudicar a estas aves. Son algunas de las conclusiones obtenidas en un estudio internacional en el que ha participado la investigadora del Centro Oceanográfico de Gijón del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Maite Louzao.
El trabajo, que se publica en el último número de la revista "Science", muestra que la velocidad del viento ha aumentado en el océano Austral, aparentemente a causa del cambio del clima, lo que facilita el vuelo de los albatros que viven en esa región. A diferencia de otros estudios sobre el cambio climático que investigan las variaciones de la temperatura o de las precipitaciones en sistemas biológicos, Henri Weimerskirch y su equipo del Centro de Estudios Biológicos de Chizé, del Centro Nacional de Investigación Científica en Villiers en Bois, Francia, han considerado el viento como un factor importante para estudiar la distribución y migración de animales marinos que dependen de él, explica el IEO.
Este cambio en los patrones de viento afecta a especies marinas del océano Austral como el albatros viajero. Según la investigación, estas aves consiguen volar más rápido gracias a la mayor velocidad del viento. De esta forma, necesitan permanecer menos tiempo en el mar en busca de comida. "Durante la década de los 70, la duración media de un viaje de alimentación era de 12 días y medio. Este tiempo se ha reducido en tres días a lo largo de los últimos 40 años", señala Maite Louzao, coautora del trabajo. Estos viajes más cortos han aumentado el éxito de reproducción y han permitido un aumento en la masa corporal de los adultos.
En el estudio, los expertos analizaron información, recabada durante cuarenta años, sobre una población de albatros que vive en las islas Crozet, en la parte sur del océano Índico. Desde los años 60, se realiza un seguimiento demográfico a largo plazo de esta población y en 1989 se comenzó a equipar a las aves con transmisores para seguir sus viajes vía satélite.

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