Debido al uso intensivo de la agricultura en la zona, que conlleva
deforestación, y el avance del cambio climático, los ciclos ecológicos
de la cuenca del Amazonas (agua o energía) podrían estar variando hacia
un nuevo régimen donde predominarían las alteraciones e inestabilidades.
ECOticias.
Aunque los impactos generados por el uso del suelo y la sequía
no parece que por el momento vayan a sobrepasar aún la magnitud de
variabilidad natural de los ciclos hidrológicos y biogeoquímicos, un
estudio dirigido por Eric Davidson, del Woods Hole Research Centre de
Massachussets (Estados Unidos) y publicado esta semana en Nature
ha encontrado que existen señales de transición hacia un nuevo régimen
en el Amazonas que estaría dominado por las alteraciones.
La expansión agrícola y la variabilidad climática se han convertido
en agentes alteradores en la cuenca del Amazonas. Estudios recientes han
demostrado la considerable resistencia de la selva amazónica a la
sequía anual moderada, pero también que las interacciones entre
deforestación, fuego y sequía conducen potencialmente a un descenso de
la capacidad de almacenar dióxido de carbono y cambios en los patrones
regionales de precipitación y flujo de los ríos. Estos incluyen cambios
en los ciclos de agua y energía en las porciones este y sur de la cuenca
del Amazonas.
Nuevos resultados corroboran la sospecha
“Gracias a nuevas investigaciones realizadas en este área, que
incluyen el experimento Biosfera-Atmósfera a Gran escala (LBA, por sus
siglas en inglés), podemos responder a esta pregunta [si se está
produciendo una transición] para algunas, pero no todas, las
consecuencias de la explotación agrícola y el cambio climático”, afirma
Davidson, que ha realizado el trabajo junto a una docena de científicos
americanos y brasileños. “En cuanto a los gases de efecto invernadero:
la respuesta probablemente sea ‘aún no’ con respecto al metano (CH4) y el N2O porque las emisiones de estos proceden en gran medida de humedales o suelos, respectivamente. La respuesta para el CO2 es más compleja”.
Para el científico americano, la evidencia emergente de un sistema en
transición biofísica subraya la necesidad de mejorar el conocimiento de
los intercambios entre superficie del suelo, reservas de carbono,
recursos hídricos, conservación del hábitat, salud humana y desarrollo
económico en futuros escenarios de cambio climático. “Brasil está
preparado para ser uno de los pocos países en conseguir la transición a
potencia económica sin destruir la mayoría de sus bosques”, dicen los
autores del trabajo”, sin embargo, se requiere un esfuerzo continuado de
mejora en la capacidad científica, tecnológica y de recursos humanos
para guiar estas transiciones, tanto la biofísica como la
socioeconómica”.
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