A sus 81 años,
Edward O. Wilson es considerado uno de los biólogos más relevantes de
la actualidad. Profesor emérito de la Universidad de Harvard y
conservador del Museo de Zoología Comparada, en Harvard, el científico
atesora innumerables reconocimientos a su labor. Fue incluso
galardonado, en dos ocasiones, con el premio literario Pulitzer. Entre
sus últimos reconocimientos, y quizá el más cercano geográficamente,
figura el de “Fronteras del conocimiento” de la Fundación BBVA, edición
2010, en la categoría ‘Ecología y Biología’.
Edward O. Wilson.
Apasionado de las hormigas, el entomólogo Wilson introdujo
conceptos hoy generalizados en el mundo científico como la existencia de
una comunicación química entre individuos basada en la segregación de
feromonas. El estudio del comportamiento social de las hormigas le llevó
a preguntarse cuáles eran las pautas de conducta de las especies
sociales, desde los insectos hasta los primates. Su pensamiento fue
plasmado en su obra “Sociobiología: la nueva síntesis” (1975), donde
explora la idea de que los comportamientos animales (tanto sociales como
individuales) son hereditarios y, por tanto, están sujetos a la
selección natural. De este modo, los comportamientos evolucionarían tal
como lo hacen las características físicas.
Desarrolló también junto a Robert McArthur la teoría biogeográfica de
islas en 1967. La teoría revolucionaría la forma de estudiar la
biogeografía (ciencia que estudia la distribución de especies en el
espacio), ya que postuló algo hasta el momento inimaginable: que existía
un equilibrio dinámico entre especies. Esta teoría también contribuyó a
impulsar el estudio de la biología de conservación, ya que se centraba
en la fragmentación del hábitat, insularización, creación de comunidades
y extinción de especies.
La teoría de la biogeografía de islas establece, de forma
simplificada, que cuanto mayor es el tamaño de las islas (o hábitats
aislados) y más cercanas están a la fuente de especies (un continente o
“ecosistema proveedor”) mayor será el número de las mismas y más grandes
serán sus poblaciones. Al contrario ocurrirá con las islas más pequeñas
y alejadas, en las que, a priori, el riesgo de extinción será mayor por
entender, esta teoría, que las poblaciones serán menores y tendrán
menos posibilidades de recibir emigrantes.
Divulgador empedernido, ha sido capaz de transmitir al gran público
la importancia de conservar la diversidad de la vida. A continuación,
nos hacemos eco de algunos de sus pensamientos en torno a la
biodiversidad y el camino a seguir en su investigación.
La biodiversidad, abreviatura de la expresión diversidad biológica,
es la totalidad de la variación hereditaria de todos los organismos de
un área determinada. Esta área puede ser un bosque, una laguna o un
océano. Puede ser un país o el mundo entero. La biodiversidad puede ser
estudiada a distintos niveles de organización: a nivel del ecosistema,
de los individuos o de los genes que determinan las características de
las especies.
Asumir que la mayor parte de la fauna y flora mundial es una gran
desconocida no es en absoluto una exageración. Actualmente conocemos 1.9
millones de organismos, es decir, hemos descubierto, descrito y puesto
nombre a esta cantidad. Pero se estima, que el número de especies total
de la Tierra oscila entre 5 y 50 millones. Esto se ha calculado en
función del número de especies que se estima que puede haber en un área
determinada según sus características. Pero si sumamos a los
microrganismos, este número podría verse incrementado en varios órdenes
de magnitud.
El futuro de los estudios sobre la biodiversidad pasa por continuar
con la prospección e identificación de nuevas especies y a la vez,
ampliar sus fronteras integrando esta disciplina con otras ramas de la
ciencia y la tecnología. Es necesario que la humanidad haga un enorme
esfuerzo para seguir descubriendo la biodiversidad que nos rodea.
Estamos en una etapa muy temprana de conocimiento, por lo que el impacto
real de los estudios en esta materia sobre la medicina, biotecnología y
agricultura aunque ya es palpable, puede ser muy superior.
La importancia de los estudios sobre la biodiversidad está
determinada por el hecho de que la biología está determinada por dos
leyes: la primera es que todos los procesos de la vida están
determinados por la física y la química, y la segunda es que todos los
procesos de la vida se han originado a través de la evolución por
selección natural. En definitiva, el futuro de la biología pasará por
avanzar en estas dos direcciones.
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