sábado, 21 de enero de 2012

A fondo

A sus 81 años, Edward O. Wilson es considerado uno de los biólogos más relevantes de la actualidad. Profesor emérito de la Universidad de Harvard y conservador del Museo de Zoología Comparada, en Harvard, el científico atesora innumerables reconocimientos a su labor. Fue incluso galardonado, en dos ocasiones, con el premio literario Pulitzer. Entre sus últimos reconocimientos, y quizá el más cercano geográficamente, figura el de “Fronteras del conocimiento” de la Fundación BBVA, edición 2010, en la categoría ‘Ecología y Biología’.
 Edward O. Wilson. 
Apasionado de las hormigas, el entomólogo Wilson introdujo conceptos hoy generalizados en el mundo científico como la existencia de una comunicación química entre individuos basada en la segregación de feromonas. El estudio del comportamiento social de las hormigas le llevó a preguntarse cuáles eran las pautas de conducta de las especies sociales, desde los insectos hasta los primates. Su pensamiento fue plasmado en su obra “Sociobiología: la nueva síntesis” (1975), donde explora la idea de que los comportamientos animales (tanto sociales como individuales) son hereditarios y, por tanto, están sujetos a la selección natural. De este modo, los comportamientos evolucionarían tal como lo hacen las características físicas.
Desarrolló también junto a Robert McArthur la teoría biogeográfica de islas en 1967. La teoría revolucionaría la forma de estudiar la biogeografía (ciencia que estudia la distribución de especies en el espacio), ya que postuló algo hasta el momento inimaginable: que existía un equilibrio dinámico entre especies. Esta teoría también contribuyó a impulsar el estudio de la biología de conservación, ya que se centraba en la fragmentación del hábitat, insularización, creación de comunidades y extinción de especies.
La teoría de la biogeografía de islas establece, de forma simplificada, que cuanto mayor es el tamaño de las islas (o hábitats aislados) y más cercanas están a la fuente de especies (un continente o “ecosistema proveedor”) mayor será el número de las mismas y más grandes serán sus poblaciones. Al contrario ocurrirá con las islas más pequeñas y alejadas, en las que, a priori, el riesgo de extinción será mayor por entender, esta teoría, que las poblaciones serán menores y tendrán menos posibilidades de recibir emigrantes.
Divulgador empedernido, ha sido capaz de transmitir al gran público la importancia de conservar la diversidad de la vida. A continuación, nos hacemos eco de algunos de sus pensamientos en torno a la biodiversidad y el camino a seguir en su investigación.
La biodiversidad, abreviatura de la expresión diversidad biológica, es la totalidad de la variación hereditaria de todos los organismos de un área determinada. Esta área puede ser un bosque, una laguna o un océano. Puede ser un país o el mundo entero. La biodiversidad puede ser estudiada a distintos niveles de organización: a nivel del ecosistema, de los individuos o de los genes que determinan las características de las especies.
Asumir que la mayor parte de la fauna y flora mundial es una gran desconocida no es en absoluto una exageración. Actualmente conocemos 1.9 millones de organismos, es decir, hemos descubierto, descrito y puesto nombre a esta cantidad. Pero se estima, que el número de especies total de la Tierra oscila entre 5 y 50 millones. Esto se ha calculado en función del número de especies que se estima que puede haber en un área determinada según sus características. Pero si sumamos a los microrganismos, este número podría verse incrementado en varios órdenes de magnitud.
El futuro de los estudios sobre la biodiversidad pasa por continuar con la prospección e identificación de nuevas especies y a la vez, ampliar sus fronteras integrando esta disciplina con otras ramas de la ciencia y la tecnología. Es necesario que la humanidad haga un enorme esfuerzo para seguir descubriendo la biodiversidad que nos rodea. Estamos en una etapa muy temprana de conocimiento, por lo que el impacto real de los estudios en esta materia sobre la medicina, biotecnología y agricultura aunque ya es palpable, puede ser muy superior.
La importancia de los estudios sobre la biodiversidad está determinada por el hecho de que la biología está determinada por dos leyes: la primera es que todos los procesos de la vida están determinados por la física y la química, y la segunda es que todos los procesos de la vida se han originado a través de la evolución por selección natural. En definitiva, el futuro de la biología pasará por avanzar en estas dos direcciones.

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