50 millones de
personas en América Latina sufren alguna discapacidad y el 70% de ellas
“están desempleadas o excluidas de la fuerza laboral”, según el último
informe del UNFPA y la CEPAL. Sin embargo, el empleo verde alumbra nuevas expectativas de sostenibilidad e integración laboral.
ECOticias.
En Latinoamérica, a menudo la discapacidad física y mental se
encuentra estrechamente vinculada a situaciones de pobreza. Producto a
veces de la violencia o de la desnutrición, quienes la sufren ven
limitado su acceso no solo al trabajo, sino también al derecho a la
educación, la salud, la vivienda, el transporte, la alimentación y la
justicia.
A este panorama se suma un modelo productivo en crisis que, para
hacer frente al cambio climático y a los límites de crecimiento,
comienza a modificar algunos de sus paradigmas de trabajo en sectores
como la energía, el reciclaje, la agricultura, la construcción y el
transporte. Lo hace incorporando empleos verdes que, según la
Organización Internacional del Trabajo “reducen el impacto ambiental de
las empresas, el consumo de energía, materias primas y agua, las
emisiones de gases de efecto invernadero y ayudan a descarbonizar la
economía y a proteger ecosistemas y biodiversidad”.
Así, iniciativas pioneras que aúnan la necesidad de proporcionar
empleos dignos a la población discapacitada con una reformulación
económica se desarrollan poco a poco a lo largo de la región
latinoamericana. Una de estas iniciativas es el “Proyecto Biocolón”,
desarrollada en la provincia argentina de Entre Ríos. Se trata de un
biodigestor impulsado en 2006 en la Escuela-Taller de Adcadis, una
organización local que cada año proporciona inserción laboral a 45
alumnos
con capacidades diferentes a través de diversos módulos: panadería, telar, carpintería, huerta, vivero y producción de biodiesel.
con capacidades diferentes a través de diversos módulos: panadería, telar, carpintería, huerta, vivero y producción de biodiesel.
Por si fuera poco, su impacto cero sobre el medio ambiente es
indudable: ocupando tan solo 40 metros cuadrados, el proyecto Biocolón
impide que los aceites de la ciudad vayan a parar al río. Asimismo,
sustituye la combustión de leña que se utilizaba en el horno de la
panadería por biogas, restaurando así las reservas naturales de los
bosques y la flora autóctona de Entre Ríos.
El reciclaje “tradicional” es otro gran sector donde existen
iniciativas que vinculan las preocupaciones medio ambientales y el
trabajo digno de personas con discapacidad. Así, en Costa Rica, la
Asociación APRODISA y la Asociación APEDISPROSA trabajan en la Red de Reciclaje de Costa Rica, que, nacida en el año 2005, agrupa a 125 en organizaciones.
Si quieres saber más sobre empleo verde e integración laboral en América Latina, puedes leer más en la
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