En la ciudad no se tiene un registro acerca de las afectaciones del
ruido respecto a la salud pública, pero es posible que esto se vaya
agravando, señala la Dirección General de Medio Ambiente.
Las ciudades no son la excepción. Quien vive en Torreón, está
habituado a los cláxones de taxis, que nunca suenan cuando uno los
necesita, al “cucú” de los semáforos peatonales para invidentes, a los
ruidosos autobuses de viejos motores.
Y si se pasea uno por el centro, el simple murmullo de los pasos de quienes hacen sus compras, nos hace estar a las vivas.
Nunca falta un par de tacones pisoteando las banquetas. Tampoco un
grito de alguna madre que llama a su hijo. O el de la mujer que oferta
su mercancía a viva voz.
Estos ruidos sin embargo, son parte de un tipo de contaminación que
padecemos a diario, que nos molesta, que puede llegar a perturbarnos y
que siempre percibimos, aunque no de manera consiente: la contaminación
acústica o auditiva.
En Torreón contamos con un Reglamento de Desarrollo Sustentable y
Protección al Ambiente del Municipio de Coahuila, mismo que fue aprobado
en diciembre de 2004, en el cuál se plantea que los niveles máximos de
ruido emitidos por fuentes fijas, deben ser de 68 decibeles en el día, y
de máximo 65 decibeles por la noche. Rango cercano al ruido de una
aspiradora.
Bares, discotecas, centros nocturnos o salones de fiestas, no deben
exceder los 100 decibeles al interior. Si están cerca de casas
habitación, el ruido al exterior debe ser de 55 decibeles, y si se
encontraran en zonas industriales, no debe exceder los 68.
Los únicos autorizados para exceder estos límites, son los sistemas
de alarma ubicados en los locales. Se presume que deben haber
inspectores verificando que este reglamento se cumpla.
Las conductas sancionadas respecto a la contaminación auditiva son:
utilizar aparatos de sonido sin previa notificación a la Dirección
General del Medio Ambiente, o bien, no cumplir con los límites máximos
permisibles o demás condicionantes que determine la propia Dirección; y
en el caso de fuentes emisoras de ruido, llevar a cabo sus actividades
con niveles de ruido distintas a las manifestadas a la Dirección General
del Medio Ambiente o a las autorizadas por ésta. Las sanciones, según
la gravedad de la infracción que se cometa contra el medio ambiente, van
de los cinco a los diez mil días de salario mínimo, clausura temporal o
definitiva total o parcial del negocio, arresto hasta por 36 horas,
decomiso de materiales contaminantes, y suspensión, cancelación o
revocación de la licencia de funcionamiento del local.
Cabe destacar que en abril del presente 2011, se aprobó por el
Congreso Estatal, una Ley para Combatir el ruido en el Estado de
Coahuila de Zaragoza.
Esta ley es mas específica que el reglamento, y en el Artículo 1,
señala que “… tiene por objeto regular y sancionar la contaminación por
emisión de ruidos producidos por fuentes fijas o móviles de competencia
estatal y municipal en los términos de la ley; así como de conformidad a
lo que establecen las normas técnicas ambientales en la materia.”
La aplicación de la ley mencionada, corresponde al ejecutivo estatal,
pero para aterrizarla a la realidad, se debe hacer cargo de ella a
nivel municipal, tanto las direcciones de ecología como la de salud.
Las multas económicas están en rangos que van de los 50 a los 2000 salarios mínimos.
Indica que en cada municipio se debe formar un Consejo Ciudadano de
Combate al Ruido, integrado por al menos siete personas, entre los
cuáles obligatoriamente deben estar el director de salud y el de
ecología.
En Torreón, este Consejo, aún no se conforma, pero según Eduardo
Blanco, Director General de Medio Ambiente, se cuenta con varios comités
respecto a salud pública y a la cuestión medio ambiente.
Las acciones sin embargo, se van tomando en función de las crisis que
se van presentando, como por ejemplo la crisis que llegó con la helada
negra de marzo pasado.
Actualmente a nivel de la Dirección General de Medio Ambiente, se
está intentando integrar un consejo que visualice todas las situaciones,
y que permitan también generar presencia en la ciudadanía de que la
calidad ambiental es multifactorial: el aire, el ruido, lo visual, el
agua, el suelo, etcétera.
Este consejo, si todo resulta bien, se verá conformado para este mes
de enero, y es importante que no se quede ningún factor relativo a la
contaminación fuera de la verificación del mismo, con respaldo de la
ciudadanía y de las autoridades.
En espacios de diversión, como bares o restaurantes, cuando tienen
música en vivo, y causa molestia a los ciudadanos que viven cerca, es
común que se hagan denuncias. En la Dirección de Medio Ambiente, cuentan
con un decibelímetro que usan cuando reciben una denuncia, para medir
el ruido alrededor.
Antes de llegar a una sanción de cualquier índole, se hace un llamado
al ciudadano que infringe la reglamentación para que la cumpla.
Si hay una reincidencia, y no se acata la disposición de la
autoridad, se envía a Tribunales, donde un Juez dictaminará de que
tamaño será la multa. En 2011 se recibieron 20 denuncias por ruido en
promedio al mes.
Controlar estas emisiones de ruido, es muy importante según el funcionario.
Las afectaciones van desde el ruido cotidiano, y pueden incluso a
llegar a alterar a nivel biológico. En Torreón no se tiene un registro
acerca de las afectaciones del ruido respecto a la salud pública, pero
es posible que esto se vaya agravando si no se atiende la problemática.
Sin embargo, basta con darse una vuelta por el centro de Torreón, para poder darnos cuenta de que estas leyes son ignoradas:
posiblemente el ruido no deja que se escuchen las voces de la autoridad.
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