domingo, 8 de enero de 2012

Una vida 'extrema' por el medio ambiente

"Soy lo que quiero y hago lo que me gusta", afirma Guadalupe Flores Silva, una intrépida maestra de ecoturismo, apasionada por la educación ambiental, esposa y madre de familia. 
A sus 45 años, a la maestra Lupita -como prefiere que le llamen- lo mismo se le ve encabezando excursiones a las serranías con sus alumnos de preparatoria, que descendiendo a rapel de alguna presa o nadando junto a un tiburón ballena.
Es una mujer que estudió la preparatoria cuando estaba por cumplir 40 años y cuatro años más tarde cursó la licenciatura en Intervención Educativa en la Universidad Pedagógica Nacional, sede La Paz.
En 2010, Guadalupe Flores concluyó sus estudios universitarios que representaron, según platica, la consolidación de un sueño y el inicio de un nuevo proyecto de vida, ahora como docente.
La maestra norteña se define como una persona persistente y "aventada", para quien los retos no significan obstáculos, sino una oportunidad de crecer y de medir sus propias fuerzas.
Retrasó el continuar con sus estudios superiores por problemas familiares. Según platica, luego de su divorcio y una vez que estuvo convencida de seguir su preparación académica, no hubo quien la detuviera, aunque reconoce que no fue fácil.
"Para mí, a mi edad, no fue algo sencillo el retomar los estudios. Es que entra uno a una dinámica totalmente distinta. Te tienes que esforzar el doble para alcanzar y seguir el ritmo de los compañeros, y súmale la familia que atender...".
Sin embargo, fue persistente y consiguió no sólo acreditar sus materias en la preparatoria y en la universidad, sino que alcanzó los promedios más altos de su generación, asegura.
Sus compañeros la recuerdan como una mujer entregada a sus estudios y a su familia, su esposo y dos hijos. "Una mujer sencilla y siempre con la mejor actitud".
Quienes la conocen, amigos de preparatoria y universidad, según sus familiares, admiran su determinación y empeño para conseguir sus metas y, sobre todo -refieren- su sencillez y entusiasmo para hacerle frente a las situaciones difíciles o de tensión.
Para la maestra, cada persona debe ser fiel a sus convicciones y no dejarse vencer por las adversidades, menos las mujeres -dice- para quienes superar los retos muchas veces representa un esfuerzo mayor que el de los hombres.
 "LAS RECOMPENSAS LLEGAN"
Ella considera que a la fecha, además de haber logrado una carrera universitaria, en su paso por las aulas consiguió hacerse de amistades entrañables, muchos jóvenes que la llegaron a ver como una "mamá protectora".
Actualmente, Lupita es reconocida como una profesora intrépida que fomenta en sus alumnos el conocimiento y respeto por el medio ambiente, y busca contribuir con la formación de jóvenes entusiastas, responsables y comprometidos con su entorno.
Imparte clases en la Preparatoria Juan Pablo II en la ciudad de La Paz y es responsable de las actividades encaminadas al respeto y cuidado del medio ambiente. Organiza excursiones y campamentos para que los estudiantes conozcan su Estado, valoren y respeten sus riquezas naturales.
En poco tiempo como docente ha conseguido ganarse el respeto y cariño de sus alumnos por su entusiasmo. "Los jóvenes al mismo tiempo me contagian de ese entusiasmo y yo simplemente busco hacerles ver en cada actividad que emprendemos que los problemas y las metas siempre se logran superar y alcanzar poniendo el mayor de los esfuerzos".

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