martes, 3 de abril de 2012

Cancelan aprovechamiento de biogás en Matatlán


El proyecto del Ayuntamiento de Guadalajara para el aprovechamiento del biogás que genera el vertedero de Coyula-Matatlán se vino abajo de manera definitiva, o se evaporó, como quiera verse. Pasaron cerca de seis años desde su concepción a finales de 2006, y ahora no hay nada.

La autoridad municipal en pleno, determinó la terminación anticipada del contrato que para ello mantenía con la empresa Técnicas Medioambientales de México (Tecmed), por mutuo acuerdo, sin que ninguna de las partes se reconozca alguna afectación o incumplimiento doloso que las pueda llevar a demandarse entre sí.

Con la cancelación del plan se pierde la oportunidad de contener la emisión de 90 mil toneladas de Gases de Efecto Invernadero (GEI), los causantes del cambio climático y las cuales habían sido calculadas por la empresa Tecmed como la contribución que hace ese vertedero a la atmósfera.

Recientemente la Secretaría de Medio Ambiente y Ecología de Guadalajara dio a conocer que la capital del Estado emite siete millones de toneladas de estos GEI cada año, como parte de los primeros resultados del inventario de contaminantes que forman parte del Plan de Acción Climática Municipal (Pacmun), aún en elaboración.

Las comisiones edilicias de Medio Ambiente y Ecología y Gobernación, Reglamentos y Vigilancia de Guadalajara, de donde surge el dictamen de terminación del contrato, llegaron a la conclusión de que el objetivo del convenio con Tecmed simplemente era "imposible" de realizarse, no sólo porque el vertedero nunca le fue entregado en posesión a la empresa en un estado de abandono total como lo marca la normativa ambiental, además, el sitio se encuentra inmerso en un litigio agrario que, al parecer de la autoridad municipal tapatía, es de pronósticos reservados, por lo que podría perder la propiedad sobre el mismo.

Desde el 23 de junio de 2010, Ignacio Fuentes Larios, representante en Jalisco de Tecmed, había precisado que no se le podía adjudicar ningún incumplimiento a la empresa en el rezago del plan, pues todas las cláusulas del contrato comenzaban a contar en su temporalidad a partir de la recepción del vertedero pero certificado en su adecuado abandono por la Secretaría de Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable de Jalisco (Semades), lo que nunca se dio.

Tan no está en abandono que la autoridad municipal tapatía sigue trasladando ahí cerca de 350 toneladas diarias de residuos para su separación por pepenadores, según se publicó aquí el 13 de febrero pasado, lo que lo vuelve entonces ya no un sitio para la disposición final de basura, pero sí uno de transferencia.

Por si fuera poco, en el estudio jurídico que hace del caso la Sindicatura tapatía, se revela que el Ayuntamiento de Guadalajara fue demandado por el ejido de Coyula ante el Tribunal Agrario del Distrito 15, bajo el juicio 218/15/2003, que continúa en su desahogo, para obtener la restitución de las tierras del vertedero que tienen una superficie de poco más de 79 hectáreas.

Dicho juicio, a pesar de haber iniciado en 2003, no ha sido concluido pues su procedimiento tuvo que ser repuesto por orden de una instancia superior, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa (bajo el expediente 30/2010), a donde también llegaron las partes en pugna (Guadalajara y el ejido) por la propiedad de dichas tierras en el municipio de Tonalá.  

Lo importante es que dicha resolución, cuando llegue, podría significarle al Ayuntamiento de Guadalajara la restitución de las tierras para el ejido de Coyula, además del pago de daños y perjuicios, como lo están exigiendo los ejidatarios, junto a la restauración y saneamiento ambiental de un predio que ahora contiene en sus entrañas casi ocho millones de toneladas de basura en descomposición de los tapatíos y tonaltecas.

Si el contrato entre el Ayuntamiento de Guadalajara y Tecmed se formalizó el 17 de octubre de 2007 (aunque la autorización del pleno proviene del 30 de noviembre de 2006), quiere decir que ya en ese entonces la autoridad municipal debió estar al tanto de los antecedentes y el conflicto agrario alrededor del vertedero que era el centro del proyecto, pues el juicio data de 2003.  

Con los retrasos en el proceso de abandono del vertedero, y la incertidumbre jurídica sobre la propiedad del mismo, los regidores del Ayuntamiento de Guadalajara optaron mejor por cancelar el plan para el aprovechamiento del biogás del sitio.

Matatlán y su biogás, sin proyectos en puerta

De poco servirá ahora que el 29 de abril de 2010 la Organización de las Naciones Unidas (ONU), había autorizado la participación del proyecto del vertedero de Coyula-Matatlán en el Mecanismo de Desarrollo Limpio que se desprende del Protocolo de Kyoto, para la obtención de bonos de carbono (recursos económicos) por los GEI que se evitaría llegar a la atmósfera con la planta eléctrica.

Dicho trámite ante la ONU había llevado en su concreción alrededor de dos años y medio, según lo informó Tecmed el 24 de junio de 2010, la que había destinado alrededor de 600 mil dólares en el vertedero para estudios técnicos, y que tenía previsto una inversión por tres millones de dólares para la construcción de las instalaciones que, en una primera etapa, sólo servirían para la eliminación del metano, y que después comenzarían a generar electricidad.

La presidenta de la Comisión de Medio Ambiente y Ecología de Guadalajara, Vanessa Pérez Rubí Rodríguez, puntualiza que la autoridad municipal no tiene ningún otro proyecto para Coyula-Matatlán que pudiera venir a compensar la cancelación del que pondría en marcha Tecmed.

La única alternativa que queda, es que "una vez que se termine anticipadamente este contrato de concesión, se pueda emitir una nueva convocatoria y las empresas que resulten interesadas pues participen", pero esto no se ha definido. Desde 2010 la regidora había planteado que se rescindiera el contrato con Tecmed.

"No creo que deba de quedarse ahí, yo sí creo que debemos de buscar una mejor solución, sin embargo, cada vez que pasa el tiempo pues menos gas podemos encontrar en el subsuelo (en el vertedero) en razón de que se va emitiendo y liberando a la atmósfera, eso era lo que nosotros no queríamos pero pues ya pasaron dos años y no se pudo realizar nada, estuvo ahí parado".

A decir de la regidora, lo que complica la elaboración de un nuevo plan para el vertedero, es que el mercado internacional de los bonos de carbono se encuentra a la baja (valen menos), pues el Protocolo de Kyoto, que los crea, tenía originalmente una vigencia precisamente hasta el año 2012, por lo que hay poca certeza sobre la forma en que continuarán operando de los mismos.

En la XVI Cumbre de la ONU sobre Cambio Climático (COP17) de Durban, Sudáfrica, los países acordaron seguir con el Protocolo hasta que se desarrolle un nuevo instrumento que lo supla, lo que está previsto para aceptarse o adoptarse en el año 2015, para una aplicación posterior hasta 2020.

Antecedentes

Antes de Coyula-Matatlán el Ayuntamiento de Guadalajara depositaba los residuos de los tapatíos en el basurero de San Gaspar. Es a partir del 1 de junio de 1989 cuando comienza a llevar los residuos a un predio del ejido de Coyula, en Tonalá, que se conocía como "Potrerillos", que luego se denominaría oficialmente Vertedero Cubierto Controlado Coyula-Matatlán.

La creación de dicho vertedero no tuvo ningún estudio ambiental previo, ni cumple con las medidas ambientales hoy vigentes pero entonces inexistentes, como la instalación de un recubrimiento o geomembrana en la parte inferior del depósito para evitar la filtración de los lixiviados al subsuelo; por eso no se le puede llamar relleno sanitario como tal.

En 1994 el Ayuntamiento de Guadalajara compra el predio y ese mismo año concesiona la prestación del servicio de aseo público a Caabsa-Eagle, que inició sus operaciones en dicho vertedero el 1 de febrero de 1995.

El 31 de octubre de 2002 el Ayuntamiento aprueba la ejecución del programa de restauración y abandono del vertedero de Coyula-Matatlán.

Para saber

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) estimaba que el país tenía un potencial de reducción y captura de GEI por 81 millones de toneladas en el periodo 2008-2012, lo que habría tenido un valor en el mercado de los bonos de carbono por 500 millones de dólares.

Se suponía que la Línea 1 del Macrobús en Guadalajara estaba en condiciones de ser beneficiaria de este mercado de carbono, al reducir diariamente 10 toneladas de GEI que se emitían hasta antes de su llegada en el corredor de la Calzada Independencia, de esto se esperaban dos millones y medio de euros en el periodo 2010-2012, pero no se ha precisado si el proyecto logró su registro ante la ONU. 

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