sábado, 28 de abril de 2012

Descontento en la UE contra el proyecto de "privatización de los mares"

Europa reflexiona sobre las alternativas para adaptar su flota de pesca al declive de los recursos marinos, tras la oposición de una quincena de países contra la idea de vender las concesiones de pesca, considerada como una forma de "privatización de los mares".Europa reflexiona sobre las alternativas para adaptar su flota de pesca al declive de los recursos marinos, tras la oposición de una quincena de países contra la idea de vender las concesiones de pesca, considerada como una forma de "privatización de los mares".
Reunidos el viernes en Luxemburgo, los ministros europeos del sector se tenían que pronunciar sobre este punto de la reforma de la comisaria europea del ramo Maria Damanaki.
La idea es simple: dotar a los pesqueros europeos con concesiones que podrán vender en un mercado de "concesiones transferibles" cuando deseen abandonar la profesión.
Esto es urgente puesto que la sobrepesca afecta a más del 60% de las reservas en el Atlántico y al 80% en el mediterráneo.
El sistema ya está en vigor en Estonia, que es favorable a que se implante a escala europea, al igual que España, Gran Bretaña u Holanda. Pero la ministra danesa Mette Gjerskov, cuyo país preside actualmente la Unión Europea, constató el viernes que hay muchos países "escépticos".
El ministro irlandés Simon Coveney dejó claro que se "opone estrictamente a este sistema", y una quincena de países han criticado la idea, con Francia a la cabeza.
"Francia se opone de plano y seguirá oponiéndose", dijo el embajador francés Philippe Léglise-Costa, al subrayar que la riqueza marina es un "bien público no privatizable que no se puede ceder".
El secretario de Estado alemán Robert Kloos enarboló el riesgo de la concentración de derechos en manos de algunas "empresas ricas".
Bélgica, Finlandia o Chipre consideran que el sistema no funcionaría en sus países, y como mucho podrían aceptar que se deje a los Estados la elección de aplicarlo.
Saskia Richartz, de Greenpeace, se alegró de constatar la "muerte" de este proyecto que habría contribuido, con toda seguridad, a refozar "el dominio de una pesca industrializada y destructora" de recursos.
Pero "los gobiernos europeos deben comprometerse de manera constructiva" para encontrar soluciones rápidas, ya que las negociaciones para esta reforma que debe entrar en vigor a principios de 2014 "ya se han retrasado", agregó.
Al recordar que el objetivo principal es luchar contra la sobreexplotación, Maria Damanaki exhortó a los minstros que le presenten otras soluciones: "Quiero escucharles", dijo.
Los Estados podrían verse obligados a elegir "entre introducir concesiones de pesca transferibles o poner en marcha planes nacionales" de reducción del número de buques de pesca, propone Gjerskov.
Varios Estados abogaron por el mantenimiento de las "subvenciones" para el desguace de los buques de pesca, que la reforma de Damanaki contemplaba suprimir dado que el Tribunal de Cuentas europeo había criticado su eficacia.
"Hemos intentando el desguace en el pasado y ha sido un fracaso", comentó Damanaki. De hecho, numerosos estudios han demostrado que contribuyen indirectamente a la fabricación de navíos de pesca todavía más grandes y más sofisticados que los anteriores, cuya eliminación se había financiado.
Por el momento, Damanaki asegura que su propuesta de concesiones de pesca transferibles "se mantiene sobre la mesa".
También señaló que contempla otras propuestas "muy interesantes", como la idea de establecer un "vínculo" entre el nivel de subvenciones concedido a un país y el progreso realizado en materia de reducción de su capacidad. Lo que sin duda no gustará demasiado en algunos países.
Europa reflexiona sobre las alternativas para adaptar su flota de pesca al declive de los recursos marinos, tras la oposición de una quincena de países contra la idea de vender las concesiones de pesca, considerada como una forma de "privatización de los mares".

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