martes, 23 de octubre de 2012

Condenan a científicos italianos por el terremoto de L'Aquila

Un tribunal italiano condenó el lunes a seis científicos y a un responsable del Gobierno por homicidio involuntario y les condenó a seis años de prisión por no haber dado el aviso adecuado del terremoto mortal que destruyó la ciudad de L'Aquila y mató a más de 300 personas en 2009. En la imagen de archivo, los escombros llenan el interior de la iglesia medieval de Santa Maria de Collemaggio Basilica, el 13 de abril de 2009, una semana después del terremoto que golpeó L'Aquila. REUTERS/Daniele La MonacaUn tribunal italiano condenó el lunes a seis científicos y a un responsable del Gobierno por homicidio involuntario y les condenó a seis años de prisión por no haber dado el aviso adecuado del terremoto mortal que destruyó la ciudad de L'Aquila y mató a más de 300 personas en 2009.
Los siete, todos miembros de un cuerpo oficial llamado Comisión Nacional para la Previsión y Prevención de Riesgos Mayores, fueron acusados de negligencia y malas prácticas en su evaluación del peligro de un terremoto y en el deber de mantener a la ciudad informada de los riesgos.
El caso ha provocado una amplia condena de órganos internacionales como la Unión Geofísica Americana, que dijo que el riesgo de litigio puede disuadir a algunos científicos de asesorar a gobiernos o incluso trabajar para evaluar el riesgo sísmico.
"La cuestión aquí es de mala comunicación científica, y no deberíamos llevar a prisión a científicos responsables que dieron información medida y científicamente precisa", indicó Richard Walters, del Departamento de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Oxford.
"Esto marca un precedente muy peligroso y temo que disuada a otros científicos de ofrecer su consejo sobre peligros naturales y de intentar ayudar así a la sociedad", añadió.
Los científicos Franco Brberi, Enzo Boschi, Giulio Selvaggi, Gian Michele Calvi, Claudio Eva y Mauro Dolce, así como Bernardo De Bernardis, un alto cargo de Protección Civil, fueron condenados por homicidio involuntario y causar lesiones.
Un terremoto de intensidad 6,3 golpeó L'Aquila, en la región italiana de Abruzzo, a las 3:32 horas de la madrugada del 6 de abril de 2009, destrozando decenas de miles de edificios, causando más de 1.000 heridos y matando a otros cientos mientras dormían.
El centro del caso era si los expertos designados por el Gobierno ofrecieron un cuadro demasiado tranquilizador de los riesgos a los que se enfrentaba la ciudad, que tenía muchos edificios antiguos y frágiles y que ya había parcialmente destruida por terremotos en tres ocasiones en los últimos siglos.
El caso se centró en particular en una serie de temblores de bajo nivel que afectaron a la región en los meses previos al terremoto y que, según los fiscales, debieron haber advertido a los expertos para no subestimar el riesgo de un temblor mayor.
Es poco probable que los científicos ingresen en prisión en espera de un probable juicio de apelación.
El abogado de Eva, Alfredo Biondi, dijo que la decisión es "errónea tanto en el hecho como en derecho", pero el veredicto, emitido en un pequeño tribunal improvisado en una zona industrial a las afueras del aún destrozado centro de la ciudad, fue bien recibido por las familias de las víctimas.
"Esto no es sed de venganza, es sólo que nuestra hermana no va a volver", dijo Claudia Carosi.
Más de tres años después, buena parte de la antes hermosa ciudad medieval sigue en ruinas y miles de personas no han podido volver a sus casas.
Los abogados de la Defensa dijeron que los terremotos no pueden predecirse, y que incluso si se pudiera, no podría hacerse nada para prevenirlos.
"Si un suceso no puede predecirse, y más concretamente, no puede evitarse, es difícil entender cómo puede hacerse ninguna acusación de que no se predijera el riesgo", dijo antes de conocer el veredicto el abogado defensor Franco Coppi.
La fiscalía, que había pedido cuatro años de prisión, dijeron que no esperaban una previsión precisa de los expertos, pero afirmaron que la Comisión había dado información "incompleta, imprecisa y contradictoria" sobre el peligro tras reunirse el 31 de marzo de 2009, unos días antes del terremoto.

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