lunes, 25 de febrero de 2013

Disminuye el plomo en gansos de Doñana 10 años después de Aznalcóllar


Un estudio internacional liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado la exposición a plomo de los gansos y calamones de Doñana tras el vertido de Aznalcóllar. Los resultados, publicados en el último número de la revista PLOS ONE, indican que los niveles de contaminación por metales en gansos han disminuido un 80% respecto a 2001.
Sin embargo, esta tendencia no ha sido igual para todas las aves, ya que los calamones presentaron los mayores niveles de exposición al final del estudio, en 2008.
Entre 2004 y 2008, los investigadores recogieron muestras de heces de 191 gansos y 91 calamones en tres zonas de Doñana, incluyendo una de las más afectadas por el vertido, Entremuros. "El análisis de las concentraciones de plomo, sus isótopos estables y la relación plomo-aluminio de los excrementos muestra que la principal ruta de exposición a la contaminación era la ingestión de suelo contaminado. Dado que el fenómeno no se ha producido por igual en ambas especies, creemos que el incremento en los calamones podría deberse a la ingesta de perdigones de plomo y plantas con alta acumulación de metales en puntos de Doñana aún afectados por el vertido en la zona de Entremuros", explica la investigadora Mónica Martínez-Haro.
Por otra parte, el análisis de biomarcadores, como las porfirinas y la biliverdina, en heces sugiere que, trascurridos 10 años desde el desastre ecológico, ambas especies de aves acuáticas se encuentran aún sometidas a efectos subletales debido a la contaminación remanente.
Desastre ecológico
El 25 de abril de 1988, una brecha en la balsa de residuos mineros de Aznalcóllar provocó el vertido de 6 millones de metros cúbicos de lodos y aguas ácidas con una alta concentración de metales pesados. La rotura desencadenó una gran riada y el desbordamiento de los ríos Agrio y Guadiamar a lo largo de 63 kilómetros de cauce. La riada alcanzó más de 3 metros de altura en algunos puntos y anegó a su paso entre 500 y 1.000 metros de llanura aluvial hasta alcanzar las puertas del Parque Nacional de Doñana. Finalmente, el vertido fue frenado en la zona de Preparque denominada Entremuros, a través de la construcción urgente de muros de contención que impidieron la entrada del vertido tóxico al los espacios protegidos de Doñana.
En el estudio han participado el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (centro mixto del CSIC, la Universidad de Castilla-La Mancha y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha), la Estación Biológica de Doñana (CSIC), La Universidad de Highlands and Ilands en Escocia y la Universidad de Castilla-La Mancha.

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